Lugares de Interés

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Las canchorras

En el año 2003 apareció una estela funeraria decorada de la Edad de Bronce en la localidad de Ahigal. El hallazgo de esta estela se debe a la limpieza y quema de rastrojos y matorrales efectuados para acondicionar el terreno para el cultivo, quedando visible un pequeño alto formado por rocas naturales y piedras amontonadas, procedentes de lugares próximos, para un mejor aprovechamiento del terreno circundante.

Como consecuencia de esta limpieza quedó visible una roca con unas líneas grabadas que resaltaban unos dibujos muy simples, llamándole la atención la descubridor.

Las llamadas estelas decoradas del Bronce, suponen uno de los testimonios arqueológicos más interesantes que confirman el horizonte cultural protohistórico. Desde hace algo más de 50 años, se dieron a conocer este tipo de manifestaciones artísticas en Extremadura, mucho se ha escrito sobre las connotaciones culturales de dichas estelas y aun hoy, no se ha llegado a una valoración concreta. Almagro Bash, las define muy acertadamente, como la conjunción o confluencia de dos culturas, una, es la derivada de las colonizaciones procedentes del Mediterráneo oriental y la otra, la convergente indoeuropea.

Los criterios para diferenciar la difusión en sentido estricto de la migración, en esta época, son aun problemáticos,, eso explica la polémica que existe y seguirá existiendo para determinar cuando se está ante uno u otro fenómeno, lo que se si es evidente es que con la llegada de nuevas gentes se generaron cambios culturales importantes que influenciaron a los indígenas, con sus cultos, ritos y resto de costumbres.

Almagro Bash, en la década delos 60, realizó la primera recopilación de las estelas del Bronce que hasta entonces se conocían, y determinó en su trabajo la diferenciación de las estelas llamadas alentejanas (Alentejo, región al sur de Portugal), que por su tipo de decoración clasificó como Tipo I, (las características de estas estelas, es que sus figuras son todas ellas en relieve), y las estelas extremeñas que las denominó como Tipo II, donde las representaciones se efectuaban mediante la técnica del grabado. A este grupo otros autores lo denominaron como: Fase antigua. Posteriormente otros trabajos (Pinho,1977) han ido reformando este tipo II o estelas extremeñas, con nuevos subtipos y clasificaciones propuestas en base, al tipo de manifestación que aparece en la estela, en unas la falta del guerrero o en otros casos la falta total de panoplia.

1.- Descripción de la Estela

Las dimensiones de esta estela son las siguientes: largo91 cms. Y altura 45-50 cms. La decoración tiene como motivo predominante, dos figuras humanas completamente desnudas, sin escudos y apenas elementos de la panoplia. Se caracterizan por la esquematización antropomorfa del as figuras, hasta hoy únicas en su género por no haber encontrado paralelo alguno, con otras representaciones humanas. Estas figuras están representadas por trazos de líneas rectas; con los brazos extendidos y rematados con lo que podría imaginarse como manos sin dedos, y en el brazo derecho, esgrimiendo una lanza. La de la figura de la izquierda tiene en la cabeza un caso con lo s apéndices líricos, representados en forma de media luna, a la altura del vientre hemos observado una espada con la empuñadura junto a la cintura y al lado de la rodilla un arco y una flecha.

En la segunda representación, algo mas deteriorada por el fuego, tiene la misma actitud que la primera, los brazos extendidos son líneas rectas, las piernas de ambas figuras están truncadas y sin pies. Al final de las manos de este segundo grupo guerrero, sendos arcos con flechas.

Otro grabado antropomorfo, y sin duda asociado a la estela, se encuentra a menos de un metro, con la salvedad que este grabado, está realizado en una roca situada a ras de suelo, su representación nos presenta un grabado cruciforme, paralelos de este tipo de cruces, enmarcándose este tipo de grabados dentro del grupo que comúnmente se ha venido denominando esquematismo rupestre.

2.- Situación

El yacimiento de "Las Canchorras", forma parte de los términos municipales de Ahigal y Santibáñez el Bajo, su extensión supera el kilómetro cuadrado. Esta zona se dedicaba al cultivo de cereales aunque hay predominan el cultivo del olivar y las praderas para la cría de ganado. Por los alrededores existen varias formaciones rocosas, como el paraje de "El Castillejo" formado por rocas algunas cortadas a escape. Es en estos enclaves rocosos donde están documentados los grabados publicados con anterioridad, Las Canchorras se encuentran aproximadamente a unas 5 km. De Ahigal, bordeada por el cauce del arroyo Palomero, y muy próximo al curso del río Alagón.

3.- Adscripción cronológica

Sin entrar en los significados de las figuraciones de la estela así como la representación cruciforme, cuestión ampliamente debatida en otros trabajos, de los que hemos citado algunos, consideramos más interesante un análisis desde el punto de vista cultural, tratando de dilucidar su cronología cultural. En este sentido conviene interesante resaltar que los grabados que nos ocupan, se encuentran muy relacionados con material cerámico recogidos por los alrededores.

Este hecho hemos podido corroborado sobre el terreno, al constatar en las proximidades (Cancho Torero, El Castillejo) dos asentimientos son materiales propios del bronce, uno en El Castillejo y el otro en el propio complejo rocoso, sin descartar un posible origen del hábitat, al menso durante el Neolítico Reciente, e incluso podrían adscribirse genéricamente a un momento de la Prehistoria caracterizado por las actividades agrícolas y ganaderas.

4.- Antecedentes Históricos
Numerosos son los yacimientos arqueológicos en este sector del término de Ahigal, y del término de Santibáñez el Bajo, quedando atestiguado en los artículos que se han ido publicando en diversos medios.

5.- Edad del bronce

Uno de los lugares más característicos de esta zona es el denominado poblado de "El Castillejo" es una pequeña elevación circular que tiene una costa máxima de 381 m. tiene las características propias de los batolitos graníticos, aunque cabe resaltar una serie de factores que han alterado su configuración inicial, como es el acondicionamiento de piedras de tamaño regular hincadas en la parte noroeste (y aunque creemos formarían parte de una muralla defensiva), por el resto de la elevación no tenemos constancia de la existencia de piedras hincadas, por haber sido extraídas para aprovecharlas en la construcción de las cercas que circundan la zona. La formación de estos grandes bolos graníticos ha originado unos abrigos naturales que han hecho que el lugar fuera bien defendible en general y casi inaccesible en su vertiente sur.

A pocos metros de este poblado, en dirección Noreste, existen varios manantiales d agua, (actualmente en este lugar se explotan algunos huertos familiares), lo cual debió de facilitar en esa época la obtención de agua, sin necesidad de traerla, del río Palomero o del Alagón. Por la superficie del poblado se han encontrado pequeños fragmentos de cerámica grosera hecha a mano, sin decoración, ni pintura, de pasta negruzca y bien cocida. Uno de estos fragmentos presenta forma carenada, así como otro fragmento es de cerámica reticulada bruñida. Por sus alrededores se observan abundantes restos de fundición.

6.- Cultura Celta

A la hora de enclavar estos asentamiento dentro de la tribus prerromanas conocidas, debemos hacerlo entere el pueblo vettón, pertenecientes al tronco celta y entremezclados, sin lugar a dudas, son otros pueblos precélticos. Por otra parte tenemos la existencia de un verraco (una de las muchas simbologías del as vettones) localizado en esta zona, es otra prueba mas de que pertenecía sin duda a la Vetonia.

En esta zona, los lugareños, siempre nos han comentado que cuando araban la tierra se encontraban con enterramientos encajonados entre laja de granito y que de forma esporádica vieron algunos fragmentos cerámicos decorados con líneas de color rojo, todos ellos a torno, (Fragmentos que hemos constatado, in situ), casi como pequeños objetos de bronce, como fábulas, etc. Por los restos cerámicos que en su día estudiamos, que nos dejaban ver sus propietarios, debemos atribuir a este lugar como un necrópolis y que fechamos desde finales del siglo I A.C., hasta el siglo V D.C., por tanto la zona ha tenido un asentamiento continuo de población.

7.- Época Romana

En este periodo, el que más datos hemos obtenido hasta ahora en esta zona, lo unos hace pensar, en la importancia de un yacimiento que abarca los 400 m cuadrados. Tenemos constatado la existencia de construcciones por todo el perímetro citado, lo que nos hace suponer que no se trata de una simple villa romana, sino que puede tratarse de un conjunto de viviendas posiblemente formadas por varias familias que integrarían n asentamiento de estas dimensiones, como hemos citado los alrededores de "El Castillejo" proporcionaba agua (incluso en épocas estivales rigurosas) para el consumo y riego de los huertos adyacentes a estos manantiales. Por otra parte existía la posibilidad de suministrarse de agua por la proximidad del arroyo de Palomero y del río Alagón.

El geógrafo Ptolomeo en su mapa geográfico de la Lusitania, menciona a varios pueblos o poblaciones, y si tenemos en cuenta los problemas que tenían para situar correctamente estos núcleos, no es de extrañar que algunos de estas sigan sin estar específicamente emplazados; entre ellos Mavtava (Manliana), según este geógrafo sitúa a esta población, a la izquierda de Cáparra, por su coordenadas se encontraría a pocos kilómetros.

Estudiando detenidamente la hoja del Geográfico actual, no encontramos un yacimiento que reúna las características de una población de cierta relevancia en muchos kilómetros alrededor de Cáparra, tan sólo barajamos la posibilidad de que Manliana se encontrara dentro de la zona de Las Canchorras, las dimensiones de este yacimiento, su situación geográfica, las características ambientales, así como su excelente situación, hubiese sido un lugar que albergara una población relativamente abundante; agua, un balneario de aguas mineromedicinales próximo, tierra fértil, bosques de encinas y robles, una mina de hierro y otra de estaño y sobre todo un lugar adecuadamente resguardado y bien comunicado, todo esto atestiguado como hemos citado anteriormente, por la abundancia de restos arqueológicos diseminados por todo el área nos ha hecho amparar la utopía, de que la población citad por Ptolomeo, fuese nuestro enclave arqueológico.

En la Lusitania de Ptolomeo, observamos que algunas poblaciones se encuentran mal situadas, como ejemplos citamos Laconimurgi situada en el mapa de Ptolomeo, en al perpendicular de Manlania, sin embargo, Laconimurgi, está a 124 km. Hacia el sur, hoy localizada en Navalvillar de Pela (Badajoz) muy pró9xima al límite con la provincia de Cáceres, y a pocos kilómetros de Mérida. Ptolomeo en su mapa sitúa a 32 kilómetros al sur de Cáparra, y a esa distancia corresponde Rusticiana, en el término de Galisteo, un error de casi los 100 kilómetros. Hemos destacado este ejemplo, pero existen muchos otros que determinan la inexactitud de las ubicaciones estas.

Aproximadamente a unos 200 metros de este hallazgo se encuentra "El Cancho del Torero", con unas dimensiones de 60 centímetros de ancho y 45 centímetros de alto, que representa a una figura humana vestida, tiene la cabeza redonda con dos puntos representando los ojos, y dos rallas para la nariz y la boca. En las manos se observan los cinco dedos, en una de las manos la representación de un arma, quizás una espada, en el lado izquierdo vemos un círculo con otro más pequeño en su interior, tal vez un escudo, de ese el círculo exterior, salen cuatro líneas rectas en forma de radios, En la parte superior, coronando el conjunto se localiza un carro con sus cuatro ruedas.

En este mismo lugar, en una de las rocas mas altas, se encuentra una formación de doce cazoletas, algunas de ellas comunicadas entre sí por una canastillo. Este tipo de agujeros, servía para la incineración de perfumes o inciensos, ya que creemos que se trataría de un santuario religioso, o de una representación religiosa esporádica.

Unos metros más la oeste, se encuentra un conjunto de rocas, en las que, se distinguen perfectamente tres grabados que representan algunos útiles agrícolas, como es la laya, utensilio que sirve para labrar la tierra y revolverla, y dos hoces, una de ellas más curvada que la otra, que se usaría para la siega, y debajo de unos de los grabados hay otros tres rasgos rectilíneos.

En esta zona se descubrió hace más de 20 años, otro conjunto de grabados denominados popularmente como "La Vaquera", en la que aparece representado un animal con cuernos (Toro) y con unos signos rectilíneos en la parte superior que son difíciles de interpretar; esta piedra es de granito de unos 90 centímetros de ancho y 80 centímetros de algo por unos 42 de grosor, que hoy se encuentra en una pared cercena.

En esta zona también tenemos testimonios de enterramientos en fosas.

Uno de los elementos a tener en cuenta en el asentamiento de un pueblo, son las comunicaciones, y también lo tenemos, se trata de un camino que atraviesa por centro de las Canchorras, algunos tramos está empedrado con una anchura de tres metros, actualmente enterrado. Se le conoce en el lugar como el camino viejo de Coria a Cáparra. En esta dirección lo hacía a través del "Pontón" puente romano sobre el Alagón y desde este, hacia el puente romano del río Ambroz, en dirección a Coria, lo hacia por la margen derecha del río Alagón. Junto a este camino a la salida de las Canchorras se encuentra una gran roca granítica, que albergó una inscripción funeraria, y a la que se dinamitó hace algunos años, en busca de un tesoro, y que por los restos que se conservan in situ dice: "hijo de Malequio de 30 años, aquí yace"

Este camino también conduce a una zona donde existe un manantial de aguas mineromedicinales, denominada la "Huerta de las Estacas" y en donde confluyen otros caminos y callejas que van a Valdeobispo, Santibáñez el Bajo, Ahigal, Aceituna, Guijo de Granadilla, en todas estas poblaciones, tenemos documentados diversos yacimientos arqueológicos. Esta zona está actualmente bajo las aguas del pantano de Valdeobispo. El estudio en profundidad de esta zona, nos permitirá desmentir o afirmar la hipótesis de que la zona del as Canchorras fuese Manliana. Esperamos que durante el vaciado del pantano. Nos permita hacer un estudio del a zona.

Hacia el este de este camino, localizamos hace ya algunos años, en una de las paredes de la cerca que linda con los restos de Santa Marina, un ara votiva de granito, cuya traducción es la siguiente: " Arreino, hijo de Maro. Cumplió el voto con agrado".

Aunque en principio de su descubrimiento, se relacionó con el culto al agua, y como en las proximidades existen manantiales de agua, posiblemente de tipo mineromedicinal, denominada como Santa Marina. Es conocido el culto de las aguas en el Noroeste y centro de la península y que eran reminiscencia céltica y que posteriormente los romanos ensalzaron aun mucho más.

De la zona Este se tiene conocimiento de dos necrópolis, una de las cuales, se encuentra en la zona de "Santa Marina". En 1984 se procedió a la limpieza de escombreras en esta zona quedando al descubierto una de las paredes medio soterradas, que correspondía a una edificación religiosa medieval, (como así quedó atestiguada en los estudios que realizamos en este tiempo) y que la tradición popular ha venido atribuyendo, a la ermita de Santa Marina. Esta ermita es de finales del siglo XIV y el hecho de que se ubicara en esta zona la atribuimos a que el lugar albergaría una población estable. Otra opinión es la de cristianizar un lugar en el que hubo algún asentamiento árabe o judío.

La segunda de las necrópolis atestiguadas, se encuentra a pocos metros al poniente, al otro lado del camino que hemos venido denominando "Camino de Coria", en este terreno se descubrió el verraco y un fragmento de otro, es el sitio al que se ha aludido anteriormente, que durante las labores de arado y limpieza del a tierra siempre afloraba alguna sepultura.